Pasado.

Cada noche me asomo a la ventana y me imagino como podría ser mi vida ahora si ese cambio hace tres años no hubiese sucedido.
Yo era una niña cariñosa, divertida, que a todo le ponía una sonrisa, no había quien me parara...Era una de esas que decía que nada es imposible, que no importa lo mucho que te intenten hundir, porque yo era como un corcho, siempre salía a flote.
Mi vida era perfecta, pero hubo un cambio, que nunca he contado, que nunca he dicho que me haya afectado tanto... Todo el mundo se piensa que me lo tomé bien...Se nota que no estaban a mi lado todas esas noches mientras lloraba porque mi vida se había desarmado... Era una cría, acababa de cumplir 13 años... Y sentía que no pintaba nada aquí...
Mi actitud cambió, radicalmente, ya no soy la que era....Ahora veo el vaso siempre medio vacío, aunque bueno, esté medio lleno o medio vacío, las ganas de bebérmelo son las mismas...Nadie me reconoce, ya no soy lo que era. Y sigo odiando que cuando me ven después de tanto tiempo me digan el: ¿Y la Raquel de antes?
¡Joder!¡Daos cuenta de una vez! Para mi no fue fácil, y creo que para nadie puede serlo. Y menos si te pillan en mitad de la adolescencia. Estos tres años han sido difíciles, para mi, para la gente que ha estado a mi lado...Para los que me han aguantado...Pero nadie sabe cuanto tiempo he pasado encerrada en mi habitación llorando...
Ya no soy cariñosa, y me equivoqué echando la culpa a alguien, esas cosas pasan... Pero nadie va a conseguir que sea la de antes, no voy a estar con la sonrisa en la cara todo el día, ni voy a ser la que arrase con todo y todos...Nadie se ha enterado nunca de como lo he pasado yo, y creo que no debería enterarse nunca nadie... Pero bueno, me han recomendado que me desahogue y vosotros sois capaces de entenderme...Yo sé que necesito ayuda y contárselo a alguien, pero no quiero pedir ayuda...Me valgo por mi misma para superar esto...
Mi madre dice que cambio mucho de gente, mamá, no cambio de gente, soy sociable, vivo en muchos grupos, tengo amigos, aunque digas o pienses que soy muy fácil de engañar, no lo soy. Hazme caso. Puedo ser problemática, no tener buenas notas o que mi cuarto sea un desastre, puedo ser un trasto o discutir  contigo. Pero deberías tener asumido ya, que no soy fácil, que soy una cabezona, y que no soy la hija perfecta. El de las buenas notas, el de callarse, el de no meterse en líos, es Borja. Yo no. Y parece mentira que aún no te hayas dado cuenta. Pero eso sí, nadie te quiere como yo te quiero mamá.